
“El diálogo que mantengo con el universo floral me lleva a cuestionarme a mí mismo permanentemente. Experimentar con técnicas que inmortalizan su efímera y cíclica belleza me regala sensaciones, instantes y paisajes de una naturaleza inaudita. Es en estos procesos de observación cuando aprendemos a respetar nuestros propios ciclos vitales, a transitar lo inevitable, a aceptar nuestras sombras pero también a abrirnos a que un olor, un color o una textura nos despierten de esta época de letargo. La belleza y el movimiento que creamos en nuestro Laboratorio son una clara muestra de que aún estamos a tiempo.”
